jueves, 22 de marzo de 2012

La Homosexualidad


La Bandera del Arcoiris,es un símbolo usado como apoyo al orgullo gay y lésbico desde la década de 1970. Diseñada originalmente por Gilbert Baker, los diferentes colores simbolizan la diversidad en la comunidad LGBT.
La homosexualidad
Hablar de la homosexualidad, hoy en día, resulta atrevido, serás analizado con lupa, y el martillo gay puede caer sobre ti y llevarte a los tribunales. Pero, los hechos están ahí, las costumbres homosexuales, con la prácticas de una sexualidad desviada, fueron los pioneros en llevar el sida a todo el mundo. Fue en San Francisco, la capital del mundo gay donde eclosionó el sida, el primer caso de sida en España fue un homosexual, la posibilidad de transmisión del sida por actos homosexuales es grandísima.
La autopista que los mundo de la droga, la prostitución y la homosexualidad han construido para la rápida expansión del sida, ha sido amplia y de primerísima calidad. Podrían haber asumido sus responsabilidades, pues no, lejos de hacer eso, continúan añadiendo más leña a la hoguera.

Una de cada cuatro infecciones de VIH en los gays de EE.UU. sería premeditada; así lo afirmó en Enero del 2002 la revista norteamericana «Rolling Stone». El informe fue publicado pese a las presiones de ciertos sectores de la comunidad gay. La publicación destaca que al menos una cuarta parte de las nuevas infecciones con el VIH en homosexuales norteamericanos sería premeditada, fruto de una injustificada pérdida de miedo al sida. En el reportaje se pone en evidencia un mundo, incomprensible desde fuera, en el que individuos interesados en entrar en contacto con el VIH son conocidos como «buscadores del bicho» y aquellos infectados que deliberadamente lo transmiten son etiquetados como proveedores del «regalo». Los testimonios de participantes destacan la carga erótica de estas prácticas de alto riesgo.
La controversia planteada por «Rolling Stone» se ve respaldada por el incremento de gays -jóvenes y mayores, con o sin VIH- involucrados en conductas sexuales de altísimo riesgo. Como resultado, los indicadores confirman la subida de infecciones de transmisión sexual en este segmento de población. En San Francisco, capital oficiosa de la comunidad gay, la tasa de contagios de VIH se ha duplicado desde 1997. El riesgo de muerte ya no motiva para tomar precauciones.
La subcultura homosexual de «cabalgar sin silla», no es precisamente una historia nueva en Estados Unidos. Desde hace unos cinco años, esta peligrosa tendencia viene siendo documentada por estadísticas y testimonios que contraponen estos irresponsables comportamientos de una parte de la comunidad «gay» en países desarrollados, con los desesperados esfuerzos por contener los efectos de la devastadora plaga del sida en el Tercer Mundo.
¿La homosexualidad daña también a otros?
Muchas personas, sin entender las conductas homosexuales, consideran que cada uno es libre para hacer con su cuerpo lo que quiera. Lo malo, es que –como demuestra el siguiente estudio- no sólo son los propios afectados los que resultan dañados. El Sida quizá podría no haber salido de Africa.
Con los datos médicos y estadísticos que hoy conocemos, es irresponsable decir que la actividad homosexual no daña a la sociedad ni a los individuos.
El respeto a las personas y la actuación por el bien del otro, implica dar una adecuada difusión a datos conocidos pero poco difundidos.
Un análisis de la relación entre salud y homosexualidad nos muestra que la actividad homosexual tiene unos costes humanos y económicos que paga toda la sociedad. El estilo de vida homosexual no es una forma como cualquier otra de vivir, y el Estado debería tener en cuenta los costes sociales de fomentarlo.

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